La historia de las cámaras de comercio se remonta hacia el siglo XVI, en ciudades como Marsella (Francia) y Brujas (Bélgica). La primera de esas en la Isla estaba ubicada en Santiago de Cuba, durante la época colonial.
El hotel Raquel, en La Habana Vieja, sede de la Cámara al triunfo de la Revolución, fue testigo de cómo muchos de sus directivos y empresarios abandonaban el país. Ante el éxodo, los propios empleados de entonces solicitaron la intervención de las autoridades revolucionarias.
Ya se avizoraban las intenciones de aislar a la Mayor de Las Antillas en la arena internacional, plenamente manifiestas luego con la implantación del bloqueo estadounidense. Como respuesta, el gobierno dio otro vuelco al sentido de sus acciones y concibió una Cámara de Comercio como herramienta para encontrar nuevos mercados, viabilizar las relaciones de negocios con otras naciones, reorganizar el comercio exterior cubano y enfrentar los efectos del bloqueo.
Esta visión, que tuvo entre sus principales inspiradores a Ernesto Che Guevara, se materializó el primero de febrero de 1963 con la promulgación de la Ley 1091 del Gobierno revolucionario. Así surgía la nueva Cámara de Comercio de la República de Cuba, en consonancia con los intereses nacionales y las demandas del proceso de cambio social.
Las principales funciones que asumió en aquella fecha se relacionaban con la organización de ferias y exposiciones, el registro de marcas y patentes, la información comercial, así como la atención a delegaciones extranjeras, entre otras. Actualmente, estas actividades se han multiplicado y redimensionado.
La Cámara emite certificados de origen, brinda cursos de formación y superación empresarial, y edita publicaciones especializadas, como la Colección Jurídica y Cuba Foreign Trade, su órgano oficial.
Adscrita a esta se encuentra la Corte Cubana de Arbitraje de Comercio Internacional, organización que cuenta con gran prestigio a nivel mundial. Aquí radican, además, el Registro Nacional de Sucursales y Agentes de compañías extranjeras, y el Registro Nacional de importadores y exportadores.
Bajo su jurisdicción opera, asimismo, el Buró GS1 Cuba, encargado de asignar el código de barras a productos manufacturados en el país y promover el empleo de estándares en el territorio nacional.
Desde 1980 la Cámara es miembro de la Wall Trade Center Association, y figura de igual modo entre los afiliados a la Cámara de Comercio Internacional. A partir de aquella década pasó a ser una entidad autofinanciada. En el plano continental, pertenece a la Asociación Internacional de Ferias de América y la Asociación Caribeña de Industria y Comercio.
Mediante su gestión, los productos exportables y los mayores logros de la Mayor de las Antillas han recorrido importantes escenarios comerciales del mundo y obtenido numerosos premios y reconocimientos.
La Cámara de Comercio de la República de Cuba agrupa empresas vinculadas al comercio, la industria y los servicios, con reconocimiento ante los organismos del Estado, que permite orientar las mejores alternativas para el desarrollo de la actividad empresarial de las entidades que a esa asociación pertenecen. Constituye una herramienta para la reinserción de la economía cubana en el mundo de las relaciones económicas internacionales, pues potencia, e intercambiar información valiosa en torno a las posibilidades de negocios a escala mundial.
La Cámara tiene también un compromiso social, por lo que las acciones que se acometen deben responder al crecimiento de la sociedad, con un intercambio amplio, con desarrollo de todos los componentes involucrados y donde el país obtenga los mejores resultados socio – económicos.
En este nuevo aniversario 58 le deseamos muchas felicidades y muchos éxitos en las nuevas metas por cumplir.
Tomado de sitio MINCEX